30 ago 2014

«mirarlo le provocaba un dolor casi sobre natural. le partía el alma, si eso existía, en la mitad. cuando él reía, una sonrisa aparecía en su cara. cuando caminaba delante, ella no podía evitar fijarse en el lunar de su nuca, o como el pelo no era totalmente negro, si no que un marrón muy oscuro. evitaba pensar que podía reconocerlo por la forma de andar, o que conocería sus zapatillas en cualquier lugar. 

trataba de olvidar que cuando se acercaban lo más mínimo, no se miraban a los ojos.»


No hay comentarios:

Publicar un comentario