Apago el motor de la camioneta, y cierro los ojos, esperando que el mareo se disipe. Bajo y camino, arrastrando los pies, hasta el porche del edificio.
Una chica esquelética, con el uniforme del colegio más caro y exclusivo de toda la ciudad, se abraza las rodillas y esconde su cara bajo una mata de pelo violeta enredado. Reconozco a Sadie, con sus hombros sacudiéndose espamódicamente, y me acerco a ella, quedándome parado, en silencio, hasta que ella levanta la mirada, y veo sus ojos azules enrojecidos.
''Eh.'' digo, y me paso una mano por el pelo.
''¿Estas borracho?'' me acusa, y yo me encojo de hombros.
''No. Un poco.''
''¿Te emborrachas solo?''
''No.''
''¿Entonces? Dijiste que no tenías amigos.''
''No me emborracho solo, ni con amigos. Me emborracho rodeado de colegas a los que no escucho ni respondo.'' No tendría que darle explicaciones a una chiquilla de 16 años. No cuando son las 2 de la mañana, hacen unos 6 grados y estoy vestido sólo con una camiseta.
''Oh.''
''Die, ¿qué sucede?''
''Estoy triste.''
''Bueno, Sad, ¿quieres entrar?'' Extiendo mi mano hacia ella, y unos dedos con las uñas pintadas de negro se aferran a mi muñeca.
''Por favor.'' Ruega, mientras se levanta, e intenta estirar la arrugadísima camisa blanca.
Intento meter la llave en la cerradura tres veces, fallando. Sadie suspira, y coloca la llave en cerradura y la gira hasta que se escucha el clic.
En silencio subimos las escaleras, entramos a la casa, y vamos a mi habitación.
''Lith, tengo miedo.'' Desabrocha su pollera, que cae con un suspiro al piso, y se saca los zapatos.
''¿De qué?'' Me saco las zapatillas de una patada y tiro del pantalón.
''Mi papá es médico.'' Desabrocha los botones de la camisa. Lleva puesto un corpiño rosa bebé, y justo debajo, en la costilla derecha, tiene un lunar. ''En mi casa hay un montón de pastillas, un montón de jeringas, un montón de cosas que ponen en riesgo mi vida cuando no estoy bien.'' Cuando pasa la camisa por sus hombros y la deja en el suelo, veo que en su muñeca derecha hay marcas pálidas.
''¿Eres zurda?''Se arrastra hasta quedar al lado mío en la cama, y apoya su cabeza en mi pecho. No me muevo.
''Sí.''
''Deja de hacerlo.'' Die tira de mi brazo izquierdo, y pasa un dedo sobre las cicatrices que yo también tengo.
''Tú también lo haces.'' No hay tono de recriminación, solo de informe.
''Por los demás. Lo hago por mis padres. Por mi hermanita pequeña. Porque las cicatrices son fáciles de esconder. Un cuerpo podrido, no.''
''Lith, yo no me suicidé hoy, por ti.'' Me mira, y la miro.
''No esperaba verte otra vez.''
''Ningún día de estos tres meses dejé de pensar en ti.'' Suspiro, levanto la mano y toco su pelo.
''Yo tampoco, Sadie.'' La beso. No tendría. Es cinco años menor, está en mi cama y solamente en ropa interior. Pero lo hago, y toco su cara, sus mejillas. El beso es salado, porque está llorando.
Nos separamos, me separo. Seguimos estando a centímetros.
''No quiero morir, en serio, la mayoría del tiempo sólo quiero dejar de sufrir, no morir.''
''Lo sé.''
''Me siento bien contigo. Viva por completo.''
''No te mates.''
''No me dejes.''
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