Ansiedad sentada en la esquina, a la izquierda. Anorexia, a su lado. Bulimia al lado de la nevera. Depresión llorando en la mesa. Auto-mutilación susurrándome al oído. Y en el medio de la escena yo, tratando de hacer oídos sordos a todos mis demonios.
Con esta foto, y su dichoso sub-encabezamiento empiezo la entrada. Mi intención, definitivamente no es llamar la atención. Este es un blog y yo publico lo que quiero, lo que siento, lo que soy. La Belén que normalmente domina a sus demonios interiores, salvo por dos o tres veces, en los cuales ellos intentaron ganar, pero yo de alguna manera los frené. Todavía no sé cómo, ¿cómo, dónde saqué las fuerzas necesarias para decirme basta? Es algo totalmente desconocido para mí. Y supongo que es por que prefiero silenciarlos a ser hipócrita. ¿Por qué hipócrita? Por que las personas que más quiero, y que supongo, me quieren, luchan a diario con estos demonios, y aveces ellos se dejan ganar. Porque claro, eres mucho más fuerte que una sola parte de ti. Estos demonios son una sola parte, y por más que se junten todos, vos sos ellos y un montón de cosas buenas más. Hay millones de caras en nosotros. Hay millones de demonios, millones de ángeles. Nosotros (el complemento de todos ellos) elegimos quien gana.
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